Dr. Andrés LLobell | Clínica Llobell

Experiencias de los pacientes con implantes dentales

En todos estos años -desde que comencé a tratar pacientes con implantes en 1989 en Seattle– me he encontrado con muchas situaciones que me han ido formando una filosofía de trabajo, y por consiguiente, de vida.  La primera situación fue la de adquirir consciencia sobre nuestra capacidad, como odontólogos, de cambiar la vida de las personas que acuden a la clínica.

Uno de mis primeros casos me dijo: «¡Andrés, ya vuelvo a comer lechuga!», ante mi estupefacción, continuó:  «¿No sabías que los que llevamos dentaduras no comemos lechuga porque nos patina entre los dientes?» (…) ¡La colocación de unos implantes en la mandíbula con una prótesis fija había cambiado tanto su dieta, como su vida su vida social!

La segunda es que ahora ya no vemos tantos casos de pacientes sin dientes. La salud dental ha mejorado en la población, podemos mantener mejor los dientes con la periodoncia actual, y limitar el uso de implantes a pocos dientes individuales. Esto es un avance muy grande.

La tercera es comprender que los implantes dentales, al contrario de lo que creen las personas, no son para siempre: Pacientes que venían con ideas erróneas (difundidas por compañías dentales comerciales que ya han desaparecido del mercado) me decían: «Pero esto ¿no es para siempre?».  ¡Pues no! No es biológicamente tuyo, necesita mas cuidados que tus dientes y puede no durarte para siempre. Así que cuanto más retrases un implante, mucho mejor, porque tus dientes sí son para siempre, mientras los cuides. El implante es sólo el último recurso, cuando la pieza dental ya no puede salvarse de ningún modo.

Doctor Andrés Llobell con pacienteLa cuarta, muy importante, es el cambio producido entre los años 2000 y 2010. Muchos odontólogos nos dimos cuenta de que, en todo el mundo, que se habían colocado implantes en gente muy joven, pacientes con apenas veinte años o incluso antes. Esto provocaba, con una historia de agenesia de dientes anteriores, que al cambiar su fisonomía y crecer, el implante modificara de posición, quedando mas alto que el resto de dientes. Un odontólogo profesional no debería  colocar un implante en una persona joven, a no ser que sea por un trauma serio y, en estos casos, hay maneras de dejarlo estéticamente superior con prótesis totalmente cerámica.

La quinta, es que he visto muchos pacientes – y hay un grupo de ellos que desgraciadamente perdieron sus dientes por falta de información y/o acceso a dentistas con conocimientos- que han vuelto sin haberse hecho un mantenimiento de la prótesis en muuuuchos años, y eso se paga. He encontrado situaciones que no se hubieran producido si el paciente hubiera regresado a consulta periódicamente. Los tratamientos con implantes son largos y costosos, y es sumamente importante mantenerlos -como hacemos con nuestro vehículo-. Esto es muy importante porque el re-tratamiento de un implante que genera problemas es muuucho mas largo, muy problemático y de mayor importe que la colocación de un implante desde cero.

La sexta experiencia me remite a los cambios en nuestros tratamientos de ortodoncia con microtornillos: Pequeños implantes que colocamos estratégicamente, que no son dolorosos, duran unos meses, y permiten a nuestras ortodoncistas realizar movimientos en los pacientes con mayor seguridad y rapidez. Esto ha cambiado la visión de la ortodoncia hoy, y es un avance muy importante: Los niños los aceptan y no usamos aparatos extraorales ¡menos mal!.

La séptima, y última, es que, en estos años he eliminado el uso de aparatos removibles, los de los ganchos. Los implantes me han permitido devolver la función masticatoria mediante dientes fijos. Cuántos pacientes me han dicho: «Estoy hasta el gorro de que se me vean ganchos, y peor, que me roce el aparato en algún lado». Es una satisfacción enorme ver que tus pacientes tienen una mejor sonrisa y más vida.

La odontología sigue avanzando y cada día se puede hacer más y mejor para mejorar la vida del paciente.

Si tienes dudas, ponte en contacto con nosotros.

 

Andrés Llobell

 

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