Todos tenemos un amigo/a con sonrisa gingival

Dentro de nuestra sociedad, la vista de una sonrisa en la que se vean labios y dientes, proporcionados y blancos, nos indica acercamiento, cordialidad, belleza, entre muchas cosas. La sonrisa en la que se enseña parte de la encía, o dientes pequeños y mucha encía, siempre ha sido una indicación de algo que no está bien. Las causas suelen ser esqueléticas, por un crecimiento maxilar inadecuado, de crecimiento, por una erupción pasiva alterada de los dientes, y morfológicas o por falta de posición labial, principalmente.

Pero a nosotros nos interesa su corrección ¿tiene arreglo?

En una visita al dentista nos pueden decir con seguridad a qué categoría pertenecemos:

Muchas veces la solución pasa por una cirugía periodontal, simple y con un postoperatorio sin apenas molestias. Inmediatamente se ven unos dientes del tamaño correcto, porque la causa era una falta de erupción.

Otras veces, la cirugía plástica nos ayuda con el Botox, cuando es un problema muscular o esquelético el uso de este medicamento ayuda al impedir la elevación del labio superior hasta un nivel no estéticamente aceptable. Es un tratamiento delicado, pero funciona, aunque sea repetitivo.

Los cirujanos de cara y cuello, que agrupan a maxilofaciales, otorrinos y plásticos, muchas veces recomiendan la cirugía mayor: desplazamiento del maxilar superior y/o inferior, para recomponer las arcadas en una posición mas favorecedora. Esto exige siempre la visita al ortodoncista, para realizar un estudio del antes y después, y modificar los dientes para su oclusión posterior correcta. Hay que entender que es una cirugía mayor, que tendrá muchas ventajas y resultados positivos, pero que tiene inconvenientes crónicos que han de asumirse.

En cualquier caso, lo primero es una visita al dentista para identificar la causa y darle una solución, siempre desde la opinión mas conservadora. Los pacientes creen que no tienen solución, y siempre tienen, mas rápida o mas lenta, pero siempre hay tiempo para una mejoría.